Lufthansa Technik ha desarrollado un nuevo sistema de limpieza de motores a reacción con hielo seco, la forma sólida del CO2. En este sistema, los pellets milimétricos de hielo seco son disparados al interior del motor.
Los pellets chocan con la suciedad y ésta se separa de los componentes sucios. El hielo seco lanzado se encuentra a una temperatura aproximada de -80 grados centígrados.
Los motores a reacción de los aviones tienen que lavarse frecuentemente para evitar la pérdida de rendimiento. Esta pérdida de rendimiento se debe a la acumulación de suciedad en los álabes del estátor y rotor del compresor.
La suciedad, de manera extrema, puede llegar a provocar malos olores e incluso humo en cabina debido a que la suciedad se va quemando y el olor y humo pasa a la cabina del avión.
La suciedad produce irregularidades en los álabes, los cuales están diseñados con una forma para que el rendimiento al comprimir el aire sea máximo.
Si el perfil se deforma lo suficiente, podrían formase fenómenos como pérdidas de propulsión al disminuir la presión de aire. También fenómenos más peligrosos como la entrada en pérdida del compresor (incapacidad de comprimir) o incluso la regresión del aire por la parte delantera del motor en vez de la trasera.
Por ello, el motor debe ser lavado frecuentemente. Hasta ahora se ha estado utilizando una mezcla de agua y alcohol rociada usando un aparato especial en forma de aro colocado delante del motor.
Dado que los pellets no están formados por agua, a su paso por el motor se convierten al estado gaseoso y no dejan residuos. Otra ventaja más es que este proceso puede usarse en temperaturas bajo cero. Así se evita que la mezcla de agua y alcohol se congele y no se pueda realizar la limpieza.
El sistema se monta en una plataforma elevadora y por ello se puede usar en cualquier tipo de motor y al no necesitar ningún tipo de anclaje al motor, el procedimiento se realiza de forma rápida en aproximadamente 30 minutos.
Más información en la página web de Lufthansa Technik.